viernes, 1 de enero de 2016

CHISTE-CUENTO: LA EFICIENCIA ES SIEMPRE RELATIVA

La semana pasada, llevé a cenar a unos amigos a un restaurante y noté
que el camarero que nos atendió llevaba una cuchara en el bolsillo de su
camisa.

Me pareció un poco extraño pero lo tomé como algo casual.

Sin embargo, cuando el encargado de mesa nos trajo el agua y los
cubiertos, pude notar que él también tenía una cuchara en el bolsillo de
su camisa.

Miré entonces alrededor del salón y vi que todos los
camareros/as,encargados/as, etc. llevaban una cuchara en sus bolsillos.

Cuando el camarero regresó a tomar el pedido, le pregunté: ¿Por qué la
cuchara?

Bueno! -explicó. Los dueños de la empresa contrataron hace poco a la
consultora Arthur Anderson, expertos en eficiencia, con el objeto de
revisar todos nuestros procesos.

Después de muchos meses de análisis estadísticos, ellos concluyeron que
a los clientes se les caía la cuchara un 73% más frecuentemente que los
otros utensilios.

Eso representa una frecuencia de caídas de 3 cucharas por hora por mesa.
Si nuestro personal se prepara para cubrir esta contingencia, podríamos
reducir el número de viajes a la cocina y ahorrar aproximadamente 1.5
horas-hombre por turno.

En el momento en que terminamos de hablar, un sonido metálico se escuchó
en la mesa de atrás. Rápidamente, el camarero reemplazó la cuchara caída
por la que llevaba en su bolsillo, y dijo:

'Tomaré otra cuchara cuando vaya a la cocina en lugar de hacer un viaje
extra para buscarla ahora'.

Yo estaba impresionado...

'Gracias -le dije- Tenía que preguntar'.

'Ningún problema' -contestó y continuó tomando nuestro pedido.

Mientras mis compañeros de mesa pedían, continué observando a mi alrededor.

Fue entonces cuando observé, por el rabillo de mi ojo, una fina cuerda
colgando de la bragueta del camarero. Rápidamente, recorrí con la mirada
el salón para asegurarme que todos los camareros llevaban la misma
cuerda negra colgando de sus braguetas.

Mi curiosidad fue mayor entonces, y antes de que se retirara el
camarero, le pregunté:

'Perdóneme, pero, ¿por qué...eh... o para qué la cuerda?'

"Oh, si! -contestó y comenzó a hablar en un tono bajo- no mucha gente es
tan observadora - me dijo y continuó - Esa consultora de eficiencia de
la que le hablé, encontró que nosotros también podíamos ahorrar tiempo
en el baño.'

'¿Cómo es eso?' -le pregunté.

Vea -me dijo. Atando este hilo fino a la punta de nuestro eh... de eso
mismo, podemos sacarla sobre el mingitorio sin tocarnos, y de esa forma
eliminar la necesidad de lavarnos las manos, acortando el tiempo metido
en el baño en un 93%.

'Qué bien! -dije. Eso tiene sentido.'

Pero luego, pensando en el proceso, volví a preguntarle:

'Eh, espere un minuto. Si la cuerda lo ayuda a sacarla, ¿cómo la vuelve
a guardar?

'Bueno! -susurró- Yo no sé como harán los otros, pero yo uso la cuchara.'

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