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sábado, 14 de enero de 2017

Chiste-Moraleja: Jubilacion de militares

Cierto día, el un centro de militares decide jubilar a tres generales
que ya estaban bien entraditos en años. Convocados por el tribunal
competente, se les propuso, como contrapartida, una pensión de 100.000
dólares por cada metro que midiesen entre las dos partes de su cuerpo
que ellos mismos propusieran. El primer general decide que el tribunal
le tome las medidas desde la planta del pie hasta lo alto de la cabeza.
Efectuada la medida por el asistente, se le adjudica una pensión de
183.000 dólares.


El segundo general opta por estirar los brazos hacia los lados, los
coloca paralelos al suelo en forma de cruz y pide ser medido desde la
punta de los dedos de la mano derecha hasta la punta de los dedos de la
mano izquierda. Tras la medida, se le adjudica una pensión de 205.000
dólares.


Llegado el turno al tercero, este general pide ser medido desde la punta
del pene hasta los testículos. Esta opción suscitó gran extrañeza y
asombro y no pocas malévolas sonrisas entre los miembros del tribunal,
conscientes de la corta distancia que media entre ambas partes de la
anatomía varonil.


En un gesto de buena voluntad, el tribunal intenta disuadirlo, pero
viendo que el veterano militar se mantenía firme en su propuesta, se
decide por atender su voluntad.


Le piden que se baje los pantalones y luego los calzoncillos.


El asistente encargado de las medidas coloca una punta de la cinta
métrica en el extremo del pene y, cuando está comenzando a medir, exclama:


Pero ¿dónde diablos están los testículos?


A lo que el general, con gesto impasible y ojos entornados, responde:


En Vietnam...

lunes, 6 de junio de 2011

Broma: Lo que no es tener nada que hacer

La gente que todavía trabaja me pregunta a menudo qué hago cada día, ahora que estoy jubilado...
Pues bien, LES CONTARE:
Por ejemplo, el otro día fui al centro y entré al negocio a recoger un paquete que me habia llegado, sin tardar en la gestión ni cinco minutos.
Cuando salí, un agente de Transito estaba rellenando una infraccion por estacionamiento prohibido. '
Rápidamente me acerqué a él y le dije: ¡Vaya hombre, no he tardado ni cinco minutos...! Dios le recompensaría si hiciera un pequeño gesto para con los
jubilados...

Me ignoró olímpicamente y continuó llenando la infraccion.
 
La verdad es que me pasé un poco y le dije que no tenía vergüenza. Me miró fríamente y empezó a rellenar otra infraccion, alegando que, además, no traìa el engomado.
Entonces levanté la voz para decirle que me había percatado de que estaba tratando con un pendejo, que cómo le habían dejado entrar en Transito....
Él acabó con la segunda infraccion, la colocó debajo del limpiaparabrisas, y empezó con una tercera.
No me achiqué y estuve durante más de 20 minutos llamándole de todo, desde Pendejo, hasta Marico..... Él, a cada insulto respondía con una nueva infraccion.
Con cada Infraccion que llenaba, se le dibujaba un sonrisa que reflejaba la satisfaccion de la venganza.....
Despues de la enesima infraccion......
¡Suerte que vine en autobús!!!!!!!!
Desde mi jubilación, ensayo cada día cómo divertirme un poco. Es importante a mi edad para no aburrirme!!! jajajajajaja