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jueves, 1 de noviembre de 2018

Chiste de Halloween

Un taxista recoge a una monja. Ella se sube al taxi y se da cuenta de
que el taxista MUY guapo no dejaba de mirarla. Ella le pregunta que
porque la miraba...

Él responde: "Tengo una pregunta que hacer, pero no quiero ofenderla".

Ella responde: "Hijo mío, no puedes ofenderme. Cuando eres tan vieja
como yo y has sido monja tanto como lo he sido, tienes la oportunidad de
ver y escuchar casi todo. Estoy seguro de que no hay nada que puedas
decir o pedir que me resulte ofensivo ".

"Bueno, siempre he tenido la fantasía de que una monja me bese".

Ella responde: "Bueno, veamos qué podemos hacer al respecto ...
1) Tienes que ser soltero y
2) Debes ser católico ".

El taxista está muy emocionado y dice: "¡Sí, soy soltero y católico!"

"OK" dice la monja. "Métete en el siguiente callejón".

La monja cumple su fantasía con un beso que haría sonrojarse a una puta.
Pero cuando vuelven a la carretera, el taxista empieza a llorar.

"Mi querido hijo", dijo la monja, "¿por qué lloras?"

"Perdóneme, pero he pecado. "Mentí y debo confesar, soy casado y soy judío".

La monja dice: "Eso está bien. ¡Mi nombre es Enrique  y voy para una
fiesta de Halloween! "

domingo, 8 de abril de 2018


Había dos paisanos  que tenían el mismo nombre: 'Joaquín González' , pero
uno era 'sacerdote' y  el otro era 'taxista'.
Quiso el  destino que los dos murieran el mismo día. Entonces, llegan al
cielo, donde  les espera San Pedro.

-¿Tu nombre? - pregunta San Pedro al  primero.
- Joaquín González.
- ¿El  sacerdote?
- No, no; el taxista.
San Pedro consulta su  planilla y dice: - Bueno, te has ganado el Paraíso.
Te  corresponden estas túnicas de seda con hilos de oro y esta vara de oro
con  incrustaciones de rubíes. Puedes pasar. - Gracias, gracias...  - dice
el taxista.

Pasan dos personas más y luego le toca el turno al otro  Joaquín, quien
había presenciado la entrada de su paisano. -  ¿Tu nombre?
- Joaquín González.
- ¿El  sacerdote?
- Sí.
- Muy bien, hijo mío.  Te has ganado el Paraíso. Te  corresponde esta bata
de polyester y esta vara de plástico.


El sacerdote dice:
- Perdón, no es por presumir, pero... debe haber un  error. ¡Yo soy Joaquín
González, el  sacerdote!- Sí, hijo mío, te has ganado el Paraíso, te
corresponde la bata  de...- ¡No, no puede ser! Yo conozco al otro señor, era un
taxista, vivía en  mi pueblo, ¡era un desastre como taxista! Se subía a las
aceras, chocaba todos los  días, una vez se estrelló contra una casa, conducía
muy mal, tiraba los  postes de alumbrado, se llevaba todo por delante. Y yo
me pasé cincuenta años de mi  vida predicando todos los domingos en la
parroquia. ¿Cómo puede ser que a él le toque una túnica con hilos  de oro y vara
de platino y a mí esto? ¡Debe haber un error!- No, no es ningún error- dice
San  Pedro.Lo que pasa es que aquí en el cielo ha llegado la globalización
con  sus nuevos enfoques administrativos. Nosotros ya no hacemos las
evaluaciones  como antes.- ¿Cómo? No entiendo...

- Claro, ahora nos manejamos por 'Objetivos y  Resultados' . Mira, te voy a
explicar tu caso y lo entenderás  enseguida:
Durante los últimos cincuenta años, cada vez que tú  predicabas, la gente
se dormía; pero cada vez que el taxista conducía, la  gente rezaba y se
acordaba de Dios. Entonces, ¿quién vendía más nuestros servicios?  Nos interesan
los resultados, hijo  mío.  ¡¡RE-SUL-TA-DOS!!!

martes, 20 de marzo de 2018

Chiste - Mujer en taxi - Chino conductor

Una mujer británica totalmente desnuda se sube a un taxi. El taxista, un
chino, la mira de arriba a abajo y de abajo hacia arriba varias veces.
La mujer pregunta: - ¿No has visto a una mujer desnuda antes?
El taxista chino dice:
- No te miro desnuda. Estoy muy asustado. Miro, miro y no veo dónde
tienes dinero para pagarme.

MORALEJA:
¡Debes ser como los chinos...... ¡Concentrate en tu negocio.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Chiste/Morajela: Ocurrio en un taxi

En la calle de Toledo de Madrid , una musulmana le hace señas a un taxi para que pare.Una vez dentro del taxi, le pide al taxista que apague la radio porque ella no puede oír música occidental debido a su religión.En la época del Profeta no había música como esa y mucho menos radio" -dijo  la viajera
- La música occidental es de los infieles y yo no puedo oírla". El taxista apaga la radio, pero en el siguiente semáforo detiene el coche, sale del mismo y con amabilidad abre la puerta trasera. 
La mujer se sorprende y pregunta un tanto
enfadada: "¿Qué pasa? Todavía no hemos llegado a mi destino". Mire, señora, en la época del Profeta no había taxis, así que, por favor, salga del mío y busque un camello que la transporte".


martes, 8 de noviembre de 2011

El sacerdote y el taxista


Había dos paisanos  que tenían el mismo nombre: 'Joaquín González' , pero
uno era 'sacerdote' y  el otro era 'taxista'.
Quiso el  destino que los dos murieran el mismo día. Entonces, llegan al
cielo, donde  les espera San Pedro.

-¿Tu nombre? - pregunta San Pedro al  primero.
- Joaquín González.
- ¿El  sacerdote?
- No, no; el taxista.
San Pedro consulta su  planilla y dice: - Bueno, te has ganado el Paraíso.
Te  corresponden estas túnicas de seda con hilos de oro y esta vara de oro
con  incrustaciones de rubíes. Puedes pasar. - Gracias, gracias...  - dice
el taxista.

Pasan dos personas más y luego le toca el turno al otro  Joaquín, quien
había presenciado la entrada de su paisano. -  ¿Tu nombre?
- Joaquín González.
- ¿El  sacerdote?
- Sí.
- Muy bien, hijo mío.  Te has ganado el Paraíso. Te  corresponde esta bata
de polyester y esta vara de plástico.


El sacerdote dice:
- Perdón, no es por presumir, pero... debe haber un  error. ¡Yo soy Joaquín
González, el  sacerdote!- Sí, hijo mío, te has ganado el Paraíso, te
corresponde la bata  de...- ¡No, no puede ser! Yo conozco al otro señor, era un
taxista, vivía en  mi pueblo, ¡era un desastre como taxista! Se subía a las
aceras, chocaba todos los  días, una vez se estrelló contra una casa, conducía
muy mal, tiraba los  postes de alumbrado, se llevaba todo por delante. Y yo
me pasé cincuenta años de mi  vida predicando todos los domingos en la
parroquia. ¿Cómo puede ser que a él le toque una túnica con hilos  de oro y vara
de platino y a mí esto? ¡Debe haber un error!- No, no es ningún error- dice
San  Pedro.Lo que pasa es que aquí en el cielo ha llegado la globalización
con  sus nuevos enfoques administrativos. Nosotros ya no hacemos las
evaluaciones  como antes.- ¿Cómo? No entiendo...

- Claro, ahora nos manejamos por 'Objetivos y  Resultados' . Mira, te voy a
explicar tu caso y lo entenderás  enseguida:
Durante los últimos cincuenta años, cada vez que tú  predicabas, la gente
se dormía; pero cada vez que el taxista conducía, la  gente rezaba y se
acordaba de Dios. Entonces, ¿quién vendía más nuestros servicios?  Nos interesan
los resultados, hijo  mío.  ¡¡RE-SUL-TA-DOS!!!