SUDANDO.
Un loro se traga un comprimido de Viagra que su dueño había dejado distraídamente a su alcance.
Cuando el dueño se percata de lo que había pasado, decide meter al loro en el congelador para calmar sus  ímpetus.
Una hora más tarde, el hombre decide abrir la puerta del congelador y se encuentra al loro empapado en sudor.
¿Pero cómo puedes estar sudando en el congelador?
Y el loro le responde: ¿Y tú crees que es fácil abrirle los muslos a una gallina congelada?  
 El Maracuchito.
Llega un  maracuchito a su casa y se encuentra a su papá y le dice: Cion papi.  Mirá, hoy me hicieron un dictao en la escuela y no tuve fartas de  ortografía. Papi, ¿eso es porque soy inteligente o porque soy maracucho?
Y el papá le contesta: Mijo, eso porque sois inteligente y porque sois maracucho
Al  día siguiente llega otra vez: Papi, 'cion. Mirá, hoy me preguntaron la  tabla de multiplicá y me la supe toíta. ¿Eso es porque soy inteligente o  porque soy maracucho?
Mijo, Dios te bendiga, eso es porque sois inteligente y porque sois maracucho.
Días después llega otra vez: Papi, 'cion.
Dios te bendiga mijo.
Papi,  papi: hoy nos cambiamos en el vestuario y todos los coñitos lo tenían  así chiquitico y yo lo tenía así grandotote. ¿Eso es porque soy  inteligente o porque soy maracucho?
¡Eso piazo 'e guevón, es porque tenéis 18 años y todavía estáis en tercer grado!  
 Strip-tease en el cuartelComo  parte de un programa cultural, en la sección del teniente Jorge se da  el siguiente espectáculo: una bailarina está haciendo strip-tease  delante de los soldados que tienen varias semanas sin ver una mujer  de cerca. Con cada prenda que se quita la bailarina, se oye un fuerte  aplauso, pero al llegar la parte culminante, cuando la chica se quita la  última prenda, el sitio es invadido por un silencio total. Sorprendida, la mujer voltea hacia los militares preguntándoles:
"¿Qué pasa, no les gustó?"
"¡Claro que nos gustó. pero es difícil aplaudir con una mano!", aclara un recluta.  
 Cubano En El Aeropuerto.Un  cubano balsero iba por primera vez a viajar en avión, cuando algo en el  aeropuerto de Miami le llamó la atención. Era una computadora de última  generación que automáticamente identificaba a los pasajeros y mediante  voz les decía quienes eran y qué número de vuelo estaban por abordar.   Cuando el cubiche pasa por la computadora, la misma, con acento cubano,  dice: "Domingo, 58 años, cubano, casado, pasajero del vuelo 1455 de  American Airlines "
Impresionado, Domingo no lo podía creer.   Incrédulo al fin, fue al baño, se afeita el bigote, se cambió de camisa y  pasa nuevamente por la computadora.
Inmediatamente la computadora le dice: "Domingo, 58 años, cubano, casado, pasajero del vuelo 1455 de American Airlines "
Como  típico cubano, Domingo no se da por vencido y vuelve al baño, se  maquilla, se pone una peluca rubia, y un vestido de mujer y vuelve a  pasar por la computadora.   Al instante, esta dice: "Domingo, 58 años, cubano, casado...que por  hacerse el maricón y estar comiendo mierda... acaba de perder el vuelo  1455 de American Airlines que salió hace 20 minutos."  
 LOS TRES REYES MAGOS.Estaba  una pareja haciendo el amor y en el momento mas cumbre, tocan el  timbre. La mujer se levanta, se asoma a la ventana y le dice al tipo: Mi  amor, ¡son los tres reyes magos!
El tipo le dice: Pasa Melchor.
Y  la mujer le contesta: Coño mi amor, ¿me vas a complacer esa fantasía de  un trío en la cama?  Mejor pasamos a Baltasar que es negro.  Ya tu  sabes. Dicen que los negros tienen ese miembro mas grande.
Y el tipo le mete un coñazo y le dice: Lo que te dije fue PASAME EL SHORT, piazo e puta!!!  
 REGALO EQUIVOCADO.
Anoche un hombre vestido de rojo se deslizó por la chimenea de mi casa y entró a mi habitación...
Como estaba dormida pensé que era un sueño, pero aquel hombre de barba blanca se desnudó y se metió a mi cama...
Antes de que pudiera hacer o decir algo, se montó sobre mí y me echó el mejor polvo que me han echado en toda mi vida.
Mis gritos de gozo y mis alaridos de un largo orgasmo fueron ahogados con su mano para no despertar a los demás.
Exhausta  pero agradecida, cuando todo había acabado y aún jadeando le pude  decir: "¡Muchas gracias Santa!... pero lo que yo te pedí fue un  Volvo"...  
 Los sordomudos y el sexo.Dos  sordomudos muy tímidos se casaron y durante la primera semana de su  matrimonio fueron incapaces de comunicarse en el dormitorio con todas  las luces apagadas, ya que no podían ver el lenguaje de los signos de  las manos ni leer los labios del otro. Después de varias noches de  malentendidos y meteduras de pata por parte de ambos, la mujer ideó una  solución.
Ella escribió una nota a su marido: Cariño, ¿por qué no nos ponemos de acuerdo con algunas señales fáciles?.
Por  ejemplo, por la noche, si tu quieres sexo, me tocas la teta izquierda  una vez... y si no quieres sexo, me tocas la teta izquierda dos veces.  ¿Qué te parece?
El marido pensó que eso era una gran idea y escribió una nota para su mujer: ¡Fabulosa idea!
Y  para ti, si tu quieres sexo, me meneas suavemente el pene una vez con  la mano... Y si no quieres sexo esa noche, lo haces doscientas cincuenta  y ocho veces y listo.  
 Anécdotas del abuelo.
Como  siempre, en la comida del domingo estaba el abuelo reunido con toda su  descendencia. Al terminar los alimentos, ya en la sobremesa, sus nietos  le pidieron que contara una de sus anécdotas y éste aceptó: "Les  contaré... Estaba yo en la selva tratando de cazar alguna fiera; en eso,  me abro paso entre la maleza y, de repente, me encuentro con un león  cerca de mí, tan cerca, que sentía yo sus pelos en la cara..."
En eso, suena el teléfono. El viejo se levanta a contestar: "Sí, claro, nos vemos mañana, adiós". Y cuelga.
Al regresar a la mesa les pregunta a sus nietecitos: "¿En qué me quedé?"
"En que tenías los pelos en la cara, abuelo", responden a coro los nietos.
"¡Ah, sí!", responde el anciano y prosigue: "Y entonces que la agarro por la cinturita y..."  
 Visita al ginecólogo.Una  señora está siendo atendida por su ginecólogo. De pronto, suena el  teléfono y el médico atiende con una mano en el teléfono y otra dentro  del 'asunto' de la señora. Absorto, el galeno prosigue en el teléfono:  "Sí, señora. Mire, le daré la dirección".
Y así, haciendo señas con  la otra mano continúa: "Da vuelta en la glorieta y dobla a la izquierda  en la siguiente esquina; en la siguiente cuadra vira a la derecha y en  la otra cuadra a su izquierda..."
De pronto, cae en la cuenta de en dónde tiene su mano. Con delicadeza se dirige a su paciente: "Perdón, ¿la lastimé?"
"Doctor, ¿me puede repetir la dirección?", responde la mujer con una sonrisa". 
 
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