jueves, 21 de abril de 2011

El cubano

Un cubano, que fue en vida muy bueno, al morir, como era de
esperar, fue al Cielo.
Llevaba más de mil años disfrutando de la eternidad cuando un
buen día le dijo a Dios:


'Dios mío, quisiera que me permitieras conocer el Infierno por
una noche, para saber cómo es ese lugar'.

Dios, en su infinita bondad, le dijo: 'Si es tu voluntad, que así
sea'

Nuestro buen hombre se fue esa noche al Infierno.


Bajó hacia su entrada por unas escaleras de mármol
blanquísimo.


Vio por doquier luces de neón y una puerta se abrió de
manera espectacular, dando paso a un Edén surcado por ríos de ron,
whiskey, champagne, y atestado de las mujeres más hermosas que
jamás hubiese visto, todas desnudas llamándolo, bebió a lo bestia,
comió cuanto quiso y folló sin parar; en fin, pasó la mejor noche de su vida
y regresó de madrugada al Cielo.

A la mañana siguiente, habló con Dios y le manifestó su deseo
de mudarse definitivamente al Infierno. Dios en su infinita
misericordia, nuevamente, Aceptó.


Arreglados sus asuntos burocráticos de empadronamiento
celestial, a la semana estaba camino del Infierno.


Bajó las mismas escaleras y se abrió nuevamente la puerta,
pero esta vez cayó en una gigantesca olla llena de azufre.


Se hundió en ella mientras el Diablo lo punzaba con su tridente y
otro demonio trataba de meterle pinchos
por el culo.. Con mucho esfuerzo, logró sujetarse al borde, sacó
la cabeza y dijo al Diablo, que reposaba sentado en su trono:


'Señor de las tinieblas, ¿qué es esto? Yo estuve aquí la
semana pasada y todo era maravilloso..'

Y el Diablo respondió: 'Tú, como cubano que eres, ya
deberías saber, que una cosa es ser turista y otra residente.'

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